En la barra, ambiente bullicioso de típica taberna para tomar un aperitivo. O, para comer en la mesa, mariscos o arroces, cocinados según recetas secretas de familia –ya son cuatro generaciones– que les otorgan un auténtico sabor marinero, e incluso se puede ver expuesto el pescado traído diariamente. Situado en una plaza peatonal en el barrio de la Barceloneta, ofrecen producto fresco y hecho al instante. Sin duda, un lugar con magia.
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